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Joya del patrimonio artístico internacional, la capilla de San Severo se erigió en el siglo XVI en el corazón del casco antiguo de Nápoles. Creatividad barroca y orgullo dinástico, belleza y misterio se entrelazan creando una atmósfera única, casi fuera del tiempo. Entre obras maestras como el célebre Cristo Velato, maravillas del virtuosismo como el Disinganno y enigmáticas presencias como la obra Macchine anatomiche, la capilla San Severo constituye uno de los más singulares monumentos que el ingenio humano haya concebido jamás. El experto en tratamientos Vincenzo Casolaro realizó un trabajo que devolvió la vida a los 250 m2 de pavimentación de barro de finales del siglo XVIII, que se encontraba muy sucia a causa del continuo paso de los visitantes, a lo que se habían agregado, con el tiempo, depósitos de carbonatos cristalizados. Además, la pavimentación presentaba una greca de barro esmaltado que en algunas partes resultaba desgastada y exfoliada y requería un tratamiento a mano delicado. La realización del trabajo para restablecer la belleza original de la superficie llevó al experto Vincenzo Casolaro 4 noches y un día, particularmente difíciles por la delicadeza y el prestigio del sitio tratado. Pero con mucha atención y un gran esfuerzo la capilla de San Severo recobró su esplendor. El lavado inicial se realizó con detergente desengrasante PS87 PRO.
Para los sellados se utilizó protector ES82 y, por último, se dio al pavimento una pasada de cera en pasta color cuero: MATT y NATUREWAX.